Capítulo XIX. Todos somos HÉROES. Una verdad incómoda.

El silencio y la falta de acción ante las injusticias se han convertido en la lacra de esta sociedad. Estamos conectados 24 horas del día a nuestros dispositivos móviles; a las RRSS; no vaya a ser que nos perdamos algo de lo que está pasando en el mundo. Olvidándonos de nuestro propio presente y realidad. Nos centramos en lo que hacen los demás; pero no pensamos en el impacto que podemos crear nosotros mismos, desde dentro.
Todos somos héroes; pero por no verlo o no quererlo decidimos ser mediocres.

«Qué hay de malo en ser mediocre» dirán muchos; nada. Sólo que no aportas. No explotas tu potencial. No arriesgas, te conformas. ¿Dónde quedó tu pasión?
Tenemos que dejar de ser meros espectadores y «quejicas de tercera». Debemos sacar el héroe que llevamos dentro. Pero eso incomoda. Saber que uno tiene el potencial para hacerlo todo molesta, porque conlleva una responsabilidad. Eso supondría tener que levantar el culo del sofá, apartar los ojos de la pantalla y ponerse a trabajar. En definitiva, esfuerzo. Y para qué engañarnos? Ya estamos todos demasiado ocupados intentando sobrevivir como para intentar arreglar los problemas -aparentemente- de otros.

Las imágenes de guerra; bombas; palizas y muerte en los telediarios ya no impresionan; estamos inmunizados. Hemos aprendido a convivir, a sobrevivir a las desgracias ajenas y sabemos perfectamente como coger distancia. Nos encanta compartir y denunciar qué mal van las cosas; qué injusta es la vida; pero… Hacemos algo por cambiar las cosas? Admitámoslo, da pereza pringarse!

Y que me decís del que dirán? Debemos colgar esa foto en la playa en el mes de agosto; no vaya a ser que la gente piense que somos unos “pringaetes» y los únicos que no pueden permitirse unas vacaciones! Cuando en realidad no necesitamos una playa para ser felices; y tampoco subir una foto para impresionar a los que nos quieren y tienen dos dedos de frente.

Hace un tiempo me di cuenta de que de buenas intenciones no se puede vivir eternamente. Que «las palabras se las lleva el viento” lo sabemos todos; pero creo que ha quedado tan grabado como olvidado en el refranero. O más bien, distorsionado. Vivimos de las palabras; de las promesas que nunca llegan. Vivimos en una realidad ficticia que nos están creando, poco libre y con demasiados prejuicios.

¿Cuándo nos daremos cuenta de que el mañana nunca llega sin ganas de pringarse? ¿Sin ganas de actuar? ¿Sin la fuerza y la convicción de que hay que cambiar las cosas empezando por uno mismo?

¿Crees en el cambio climático? Bien, entonces; recicla; no compres tanto con plástico; no derroches el agua cuando te duches; prívate de los alimentos que contienen aceite de palma, consume más orgánico y llena tu plato de más color verde. Usa el transporte público cuando tengas opción; saca tu bicicleta, camina más, estarás salvando árboles.

¿Estás en contra del maltrato animal? Bien, asegúrate de comprar productos que respetan a los animales. Recuerda que ellos son seres vivos y que la Tierra es tan madre suya como nuestra.

¿En contra de la explotación infantil y a favor de la dignidad humana? Bien, deja de comprar las marcas que no respetan las leyes internacionales o las violan constantemente. Saluda a la persona que duerme en la esquina y valórala por quien es; por su experiencia. Intenta comprender que no todos tenemos la misma suerte y que a veces necesitamos un hombro sobre quien apoyarnos.
Míralo pensando en lo que puede llegar a ser gracias a una nueva oportunidad; y no la juzgues por lo que no tiene. Tú puedes alegrarle el día con una sonrisa o un abrazo. TODOS SOMOS HUMANOS. Y todos podríamos encontrarnos en una situación fatal en cualquier momento.

¿Estás a favor de los derechos humanos? Quien no lo estaría verdad? Me río de esta pregunta. Sabéis cual es uno de los mayores negocios del mundo? La venta de armas. Uy! Parecerá que ahora me he pillado los dedos con esta pregunta? Ya que diréis «y cómo puedo cambiar yo eso?«
Bien, pues empieza por rechazar la violencia; por ser más tolerante y gritar menos. No compres cosas que sabes que provienen de un comercio de sangre. Y no olvides que muchos conflictos bélicos actuales están a un simple vuelo a unas horas de tu casa. Refugiados? Mañana podríamos ser nosotros.

¿Aborreces el actual panorama político? Genial, y ya votas y con convicción? Infórmate antes de hacerlo.
Los escándalos de corrupción te enervan? Espero que sí y tanto como a mí; pero… Hacemos algo real por echar a toda esta clase de «políticos» que no nos representan y han cambiado re-inventado el significado de política? Sales y te manifiestas? O es mas fácil tragar y pasar esta pésima época de la mejor manera que podamos?
Cómo vamos? Tirando! Y no te olvides tampoco, que para poder pedir bien hay que predicar con el buen ejemplo.

Y es que hay que ser COHERENTE con lo que uno profesa.

¿No estáis cansados de ver a gente incoherente por las RRSS; por la calle; por la TV…? Me pregunto al leer muchos blogs por ejemplo; ¿de verdad eres vegan@? ¿O sólo lo dices porque queda bien y te pagan por subir fotos de marcas y restaurantes veganos cool? Porque no me cuadra qué haces llevando unas botas de serpiente y eso no lo subes. ¿Quieres inspirar a la gente? Hazlo, pero no vendiendo humo.

Basta ya de ser falsos; basta ya de ser inertes!

Creemos que no tenemos poder; pero en realidad tenemos todo para poder conquistar aquello que nos propongamos. UNIDOS, JUNTOS y con buenas intenciones.
Dicen que la fe mueve montañas; habrá entonces que creer más, salir de nuestra burbuja y no pasar el muerto a otros.

El cambio y la acción debe empezar en uno mismo; así que ponte la capa y sal a la calle. Lucha por lo que crees y no seas un simple y mediocre espectador. Miremos más allá de nuestro ombligo,  volvamos a ser seres sociales y sobre todo, humanos.

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