No pensaba expresarme sobre el “proceso soberanista catalán”… y menos, ponerme a escribir sobre un tema político. No por miedo a tener que posicionarme, ser encasillada y señalada; sino porque creo que actualmente hay cosas mucho más importantes y prioritarias en las que deberíamos invertir el tiempo y los políticos deberían trabajar.
Pero algo me ha hecho reaccionar… La vergonzosa y lamentable violencia entre dos grupo de personas en las calles de mi Barcelona natal. En un principio estos dos grupos no parecían ser muy distintos. Tanto el Grupo 1 como el Grupo 2 decían ser catalanes; el inicio de la discusión; los colores de la bandera española de las pulseras de algunos del Grupo 2.
La pasión que profesaban los dos grupos por Catalunya no parecía unirlos, sino más bien irritarlos. Sin comprender muy bien esta situación surrealista; me di cuenta de que los políticos lo habían conseguido… Yo lo había estado subestimando hasta entonces, pero en realidad han sido más listos que todos nosotros.
Después de tantos años de adoctrinamiento han conseguido crear un ejercito callejero. Un caldo de cultivo dispuesto a sacrificar su bienestar social por un discurso incoherente, por falsas promesas de cambio. Han convertido al fuerte, acogedor y abierto pueblo catalán en uno cerrado, ciego y sordo, un pueblo desesperado por empezar de cero.
Han transformado a un pueblo transgresor, con valores, pacífico; en uno violento, que no ve otra salida que agarrarse a este clavo ardiente.
Un pueblo machacado por la crisis y las injusticias sociales, un pueblo que ha quedado huérfano después de los incesantes escándalos de corrupción. En definitiva, una olla a presión que sólo necesitaba un atisbo de esperanza -de cualquier tipo- para explotar y reclamar cambios.
En mi opinión, ¿sabemos la gente lo que está pasando realmente? No. Pero NECESITAMOS CREER; y sobre todo necesitamos romper con el pasado y que se produzca un cambio inmediato.
Y es que… Yo también quiero una Catalunya LIBRE. Libre, sí, pero libre de corruptos, de mentiras, de impuestos ridículos y desproporcionados. Libre de precariedad sanitaria, de recortes salariales, de peajes ya re-pagados. Libre de favoritismos y corrupción. Libre de impotencia y autoritarismo. Libre de mordazas y descalificaciones hacia pensamientos distintos.
Quiero volver a la Catalunya que ha sido y es grande gracias a la inmigración y a la integración de su amable gente. Una Catalunya libre de escándalos, libre de saqueadores sin escrúpulos. Libre de fascistas y radicales.
Quiero una Catalunya JUSTA y UNIDA.
Siento vergüenza de que los políticos estén consiguiendo dividirnos y de que nosotros lo estemos permitiendo. Siento una profunda pena de que familias, amigos, vecinos… Estemos siendo manipulados; de que estemos llegando a la violencia física y verbal entre nosotros, catalanes y españoles, en pro de unos intereses corruptos.
Me siento decepcionada por estar cayendo en sus manipulaciones y elucubraciones por el poder; sin reparar en lo que realmente importa y está pasando, sin ser consciente de las terribles consecuencias que esto conlleva para todos.
Los políticos no deberían fomentar odio, racismo y egoísmo. Sino velar por el bienestar de todos. ¿Para eso se os paga -y con un sueldo bastante mayor al de la media nacional- y se confía en vosotros, no?
Sí POLÍTICOS, os hago CULPABLES de la situación a la que hemos llegado. Tanto a los de un bando como a los del otro.
Por vuestra incapacidad para con los deberes de vuestro trabajo.
Culpables por vuestro fracaso como líderes y “representantes”, que ha llegado a abrir una brecha social y de valores, a romper familias, a fracturar España. A provocar que la gente ya no crea, ya no confíe. A provocar la pérdida de fe en las instituciones y las leyes.
Tantos años, décadas! Y no habéis sabido llegar a una solución.
¿Quizás por no haber demostrado la empatía suficiente?
¿Quizás por vuestro choque de egos?
¿Quizás por esos intereses ocultos que poco a poco van saliendo…?
¿Quizás porque ya era demasiado tarde para dar marcha atrás?
¿O por que hacer las cosas bien llevan tiempo, dedicación y sacrificio?
La realidad es que, no habéis sabido plasmar en acuerdos, la voluntad del pueblo catalán y el sentir español.
Los políticos no deberíais poderos saltar las leyes; sino ser sus máximos protectores y garantes. Porque si vosotros os las saltáis, ¿con qué autoridad nos las hacéis acatar a nosotros?
No habéis hecho vuestro trabajo de diálogo. No habéis sabido escuchar, ni gestionar en el tiempo de vuestra legislatura; dando la espalda a vuestros “jefes”, los ciudadanos. Habéis maquillado e inventado cifras para confundirnos y embaucarnos a todos. Para hacernos vuestros cómplices.
¿No se supone que los políticos deberían saber gestionar, contar siempre con la verdad objetiva, rendir cuentas al pueblo, pretender el interés general y no actuar de manera insincera para obtener el beneficio propio?
¿No deberían los políticos ser el perfecto ejemplo de ciudadano ejemplar y protegernos?
No podéis seguir tapando vuestras miserias políticas insultando nuestra inteligencia y gestando el odio. No se puede seguir humillando al pueblo catalán de esta manera.
En lo único que habéis sabido sobresalir es en pasaros la pelota los unos a los otros; por intereses y tramas ocultas que poco a poco van saliendo.
Y es que, todos sois en parte responsables.
Un fracaso que debería de tener consecuencias también para vosotros; como pasa con todos los españoles cuando actúan negligentemente en sus trabajos. El «despido», una palabra que no entra en vuestro diccionario político si se trata de aplicarlo en vosotros.
Y aquellos que os habéis saltado las leyes, pagar por ello, como hacemos el resto de los ciudadanos.
Me pregunto, políticos catalanes, si tanto nos queréis y amáis a Catalunya…
¿Por qué en Catalunya seguimos teniendo que pagar peajes cuando la mayoría están ya re-pagados?
¿Por qué algunas vacunas importantes recomendadas en la carta de vacunación, no están subvencionadas en Catalunya y en otras comunidades son gratuitas?
¿Por qué, políticos catalanes que reclamáis al pueblo salir a las calles por vosotros, no dais la cara por lo que robáis y devolvéis todo?
Y un largo etcétera de «porqués» que no llego a entender…
En definitiva, ¿Por qué la gente sigue confiando en gentuza como vosotros? ¿Por qué políticos catalanes podéis saltaros las leyes y nosotros tenemos que acatarlas bajo pena?
Siento una mezcla de pena y rabia por nosotros, los ciudadanos; por haber creído y haber tenido fe ciega en vosotros.
Dejad de manipularnos. Dejad de jugar con nuestros sentimientos más puros y de amor por nuestra tierra.
Amigos independentistas, os respeto, os quiero y nunca os dejaría de hablar o escuchar por pensar diferente que yo… Me gustaría que dejasen de jugar con vosotros. Que ojalá apareciera un buen líder que os representase de manera auténtica y desinteresada, uno que realmente compartiera vuestros intereses y os contara VERDADES.
Al igual que abogo por un representante con el que yo puediera también identificar mis ideales.
Un político coherente, ejemplo para todos, que hiciera las cosas bien y fuera honesto con su pueblo.
Que fuera claro y transparente con los números y con las consecuencias de sus actos.
Que rechazara esta inseguridad jurídica y social a la que nos han llevado algunos y que temo derivará en una crisis económica, social y de guerra.
No hay que ser muy hábil para intuir que yo no soy independentista. Pero también necesito un cambio. Porque los que actualmente [NO]nos «representan», esgrimen el todo por “la pela” llevándonos a la miseria.
Y sí, soy CATALANA también. Y cada día más Europea y ciudadana del mundo. He tenido la suerte de viajar mucho, de vivir y trabajar en diferentes países; y esas experiencias me han enseñado a adoptar una actitud abierta, a saber escuchar y no imponer mis sentimientos a nadie.
No somos nada sin unión, sentido común y sobre todo sin RESPETO entre nosotros.
Y espero poder disfrutar de ese mismo respeto que profeso, en mi tierra, Catalunya, en mi país, España.
Quiero pensar que a pesar de todo, nosotros, el pueblo, SÍ TENEMOS SENY y podemos devolverle algo de democracia a nuestro sistema político y parlamentario. Devolverle al pueblo su soberanía y a la justicia el valor que tiene.
JUNTOS podemos caminar de la mano y llegar a un entendimiento aun teniendo ideales opuestos.
No se trata de saltarse las leyes a la bartola; cosa que solo lleva a una profunda inseguridad institucional y democrática en el futuro. Ya que por las misma regla de tres, ¿quién nos asegura que en un tiempo no lejano esos políticos o fuerzas del estado no se vuelvan a saltar las leyes, por una convicción o interés propio ajeno al pueblo, de nuevo?
Se trata de por supuesto, no dejarse humillar, alzar la voz y manifestarse cuando surgen injusticias, pero SIEMPRE de una manera LEGAL y sobre todo, PACÍFICA entre nosotros.
Se trata de que, si las leyes están mal y obsoletas -no me cabe duda-, no ajustándose a las realidades actuales, trabajar en el cambio, VOTAR con conocimiento a nuevos representantes.
Se trata de “echar” a los ineficaces, a los corruptos, a los mentirosos que no cumplen con sus promesas electorales -cosa que, a mi juicio debería de estar sancionada, o por lo menos conllevar responsabilidad política-. Pero NUNCA se trataría de DESTRUIR lo que tanto costó en su momento, y es el sometimiento a la voluntad general, a las leyes, al consenso y bienestar social del pueblo.
Porque EL FIN NO DEBERÍA JUSTIFICAR LOS MEDIOS.
A todos mis amigos a los que «os están radicalizando» tanto en el SÍ como en el NO y lo que es peor, a través de MENTIRAS. A los que os están obligando a posicionaros…
Por favor, no os olvidéis de que somos más que una frontera y que la IMPOSICIÓN, la violencia y los asuntos turbios desembocan en ODIO, en GUERRAS –el negocio más lucrativo de la era moderna-.
Lamentablemente somos testigos de todas las desgracias que están pasando en el resto del mundo; y debemos aprender de ellas. Debemos decir SÍ, a un mundo mejor entre todos.
No dejéis que gane la manipulación y se genere el caos en las calles.
Por favor seamos ejemplo de coherencia, instrumento de calma, “seny» para nuestros familiares, amigos, vecinos. Defendamos nuestras ideas con buenos argumentos y datos veraces. Aparquemos las provocaciones y las imposiciones. Enseñemos al mundo de la buena pasta que estamos hechos los catalanes, españoles…
Para terminar, me gustaría pedirte lector, que si ves a alguien levantando la voz, imponiendo una bandera o un ideal; te unas a mí e intervengas.
Muestra lo realmente importante; la libertad de pensamiento y el respeto. Hay que abogar por un NO rotundo A LA VIOLENCIA. Por un NO AL MIEDO. Por un NO AL ODIO entre nosotros. Porque no debemos caer en la estrategia de los políticos con su «divide y vencerás» y así corrompernos como ellos.
No pretendo dar una clase moral, solo supongo -espero- que ya estaréis de acuerdo conmigo en que debemos tratar a los demás como nos gustaría que nos trataran a nosotros. Debemos respetar y ser tolerantes.
Debemos escuchar e informarnos bien antes de hablar; porque las formas hacen que el fondo se desvirtúe y la verdad pase a un segundo plano.
Debemos darnos cuenta de que nuestro vecino no-independentista es el que nos suele dejar sal cuando el súper está cerrado y picamos a su puerta.
Que nuestro vecino independentista, es el que nos ayuda a subir las bolsas de la compra cuando necesitamos una mano extra. Que somos personas y comunidad antes que un discurso populista por los colores de una bandera.
Debemos ver que, ahora más que nunca tenemos que permanecer unidos, queramos o no la independencia, para llegar a un ENTENDIMIENTO.
Porque solo nos quedamos los unos a los otros. Lamentablemente los políticos no supieron hacer nada por nosotros estos últimos años.
Dejaron de representarnos y velar por nuestro bienestar.
Pero podemos salir juntos a la calle y reclamar una limpieza en nuestras instituciones y parlamentos. Para recuperar la fe y la esperanza en nuestro sistema. Y una vez conseguido eso, iniciar los procesos que más representen al sentir español y catalán.
Porque al final, creo que todos los pueblos, naciones, estados… Compartimos un mismo deseo; vivir en paz y armonía, con buena salud, eficientes servicios públicos, trabajos con salarios dignos y políticos en los que poder confiar. Políticos conciliadores que llamen a la paz y no a tomar las calles de manera ofensiva y radical. Políticos con vocación que nos representen fielmente y trabajen para y por el bienestar pueblo.
tudecides.blog 
Siempre tan sensata mi niña. Me ha encantado tu post!
Soy Piti
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Muchas gracias bonita! Me alegra mucho que te haya gustado tanto.. Ojalá no tuvieramos que escribir de estas cosas…. 😦
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«La vergonzosa y lamentable violencia entre dos grupo de personas en las calles de mi Barcelona natal.» Es mentira: Hubo violencia y represión contra la gente que fue a votar pacíficamente (a votar sí o a votar no). Nada más. Aquí no estaba enfrentado el no-independentista contra el independentista. Era la gente que quería votar y la gente que quería impedirlo.
Tienes dos opciones, negar el derecho de autodeterminación de Catalunya o aceptarlo. Si lo aceptas, entonces Catalunya puede decidir su futuro libremente (sin permiso de nadie). Igualmente, los políticos catalanes intentaron pactar un referéndum (actitud bastante democrática). Si lo niegas, pues eso, estás negando un derecho (ningún derecho muy loco que no exista: Escocia, Quebec, etc.).
La situación actual no es la mejor posible, pero solo hay un culpable: el gobierno central. No era tan difícil acordar un referéndum, lo que hubiera salido se habría acatado. Cosas de la democracia, la gente vota para saber que quiere la gente y luego se acepta.
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Hola Carmen, gracias por participar y aportar tu opinión!! 🙂
Estoy de acuerdo contigo, el gobierno central tiene la última responsabilidad de gestionar los intereses del estado y las autonomías, y está a la vista su mala gestión e incompetencia.
Solo una cosita, sería genial que no me acusaras de estar mintiendo… Ya que si te fijas el artículo lo escribí antes del día 1 de Octubre. En ningún momento hablo de lo pasado el día del referéndum (que bien merecería otro artículo…) El episodio que relato es algo que presencié yo misma a mediados de septiembre.
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Tienes razón, perdona.
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